El parquet es el suelo por excelencia y, como otros suelos de este tipo, requiere cuidados sencillos pero constantes para que se mantenga siempre en condiciones óptimas. A más, si el suelo tiene que aguantar mucho trasiego será recomendable pulirlo y barnizarlo cada diez años. Pero el gran caballo de batalla son las ralladas y las marcas, que pueden deslucirlo si no se tratan a tiempo y correctamente.

Conservación y mantenimiento

  • Evite chafar el parquet con calzado de calle (en especial si este está mojado o contiene restos de gravilla, tierra, fango, etc… principales enemigos del parquet). Asegúrese de colocar un felpudo tanto antes como después de la puerta de entrada para retener los restos y las piedrecitas. Valla con cuidado con el calzado: los zapatos de tacón fino, por ejemplo, pueden marcar el suelo.
  • Cuando caiga algún líquido sobre el pavimento, límpielo y sécalo inmediatamente, ya que se filtra velozmente entre la madera y el suelo. Utilice un secador de pelo, todo y con cuidado de no quemar la madera, si cree que ha podido penetrar entre las aperturas o los vacíos de las tarimas.
  • Evite dar golpes y ralladas con objetos duros.
  • Ponga tapas o fieltros que resbalen debajo de las patas de los muebles, sobre todo si son pesados, para evitar rallarlo. Sea Especialmente prevenido. Cuando cambie de lugar los muebles: no los arrastre, podría dañar el parquet.
  • Los cambios en la humedad ambiental producen la contracción y la expansión de la madera. Prevenga o reduzca estos cambios utilizando un humidificador durante los periodos secos, y ventilación y calefacción en periodos húmedos. Se recomienda mantener la humedad ambiental entre el 35% y el 65%.
  • Evite que los rayos del sol incidan durante mucho tiempo sobre el pavimento: aclaran la madera prematuramente y la estropean más.
  • Tape los arañazos del parquet aplicando cuidadosamente en el rayón con un paño limpio una pasta para madera que habrá hecho previamente mezclando betún (de un color parecido al del parquet) y cera. Deje secar la pasta durante 20 minutos y frote con un cepillo hasta que no se vea el rayón.
  • Si su parquet cruje, espolvoree las ranuras con polvos de talco, haciéndola penetrar por medio de un cepillo. A continuación, salte un poco encima, hasta que se introduzcan en el último rincón.
  • Es recomendable pulir la madera cada diez años, o antes si lo considera necesario y sufre mucho trasiego, porque el envejecimiento sea menos notable y el lijado sea de unos milímetros. Cuanto más tiempo pase entre una pulida y otra, más deberá pulir la madera posteriormente. Además, hay al menos dos capas de barniz para el lijado sea duradero y tenga buena presencia.

 

Limpieza

  • Límpielo a menudo eliminando el polvo con una mopa o un paño seco. Para esta tarea también puede utilizar un cepillo de pelos naturales destinado sólo a suelos de parquet. Si hay partículas de suciedad utilice un aspirador: las recogerá sin arrastrarlas, y evitará el efecto de pulido que puede producir arañazos en el suelo.
  • No añada al agua productos con un alto componente ácido o que contengan ceras o siliconas. Su uso repercute en el barnizado posterior. El peor enemigo de los suelos de madera son algunos productos de madera, muy abrasivos, que a la larga le sacan brillo y resultan corrosivos.
  • Friegue periódicamente su suelo de madera. Para hacer esta tarea, procure utilizar productos fabricados especialmente para el uso en parquets o suelos de madera. Use siempre la dosis mínima recomendada. A falta de un producto específico, puede añadir al agua de fregar el suelo un chorro de vinagre.
  • Si su parquet ha perdido brillo o sufre algún otro tipo de deterioro, sea precavido y consulte a un especialista. Cada tipo de desgaste o alteración requerirá cuidados específicos. No deje secar las manchas sobre el parquet. Cuanto más reciente sea la mancha, más fácil será de limpiar. Use un paño húmedo inicialmente, y si la mancha no se va (algunas, como las de grasa, pueden ser especialmente difíciles de eliminar) consulte a un especialista.
  • Actualmente, la mayoría de suelos de madera vienen barnizados o protegidos y no necesitan encerar como se hacía antiguamente.